¿Alguna vez te has imaginado que los residuos que generamos diariamente puedan transformarse en material para construir carreteras más resistentes?
Hoy tenemos la oportunidad de cambiar nuestra percepción: lo que solíamos llamar “basura” se trata en realidad de residuos con el potencial de tener una segunda vida. Estos residuos pueden transformarse en “asfalto verde”, un material innovador creado a partir de caucho de llantas, plásticos reciclados y escombros de construcción.
Esta alternativa, que ya ha mostrado excelentes resultados en ciudades de Europa y Estados Unidos, podría traer beneficios significativos a México. Adoptar este enfoque no sólo ayudaría a reducir la acumulación de residuos en los vertederos y a bajar las emisiones de dióxido de carbono, sino que también permitiría construir carreteras más duraderas y sostenibles.
Los baches en las calles no sólo son molestos y peligrosos, sino que también muestran la falta de inversión en nuestras vialidades. No me dejarán mentir que casi a diario somos víctimas de esta situación que, además, impacta en nuestros bolsillos. Para esta problemática, usualmente los gobiernos locales lidian con el reto de encontrar soluciones rápidas -teniendo como consecuencia resultados momentáneos- a necesidades urgentes.
Hoy el asfalto verde se convierte en una opción para un país en el que los niveles de contaminación y la crisis climática van avanzando rápido; cada kilómetro pavimentado con este material representaría que cientos de llantas y kilos de plástico dejarán de contaminar suelos y océanos.
Su durabilidad lo convierte en una opción mucho más inteligente a largo plazo. Al reducir la necesidad de reparaciones constantes estaríamos ahorrando recursos, mientras extendemos la vida útil de nuestras calles.
Para las administraciones de los gobiernos locales y estatales, el que adopten este tipo de proyectos que son sustentables representa una gran oportunidad para reforzar su compromiso con el medio ambiente y, al mismo tiempo, responder a una queja frecuente por parte de la ciudadanía.
La aplicación del asfalto verde sería un ejemplo de avance y responsabilidad compartida entre el Estado y la sociedad. Desde las empresas de reciclaje y construcción, hasta el sector público, representaría un compromiso firme para construir un México que no sólo resuelva problemas cotidianos, sino que también se proyecte hacia el futuro.
El problema de los baches y crisis ambiental no se resolverán de la noche a la mañana, pero México tiene la oportunidad de trazar un camino hacia la sostenibilidad, a través de una infraestructura más ecológica.
Hoy tenemos en nuestras manos la oportunidad de actuar en el presente para construir un país y, ¿por qué no?, un mundo más limpio y sostenible. Es tarea de todas y todos.
POR PEPE COUTTOLENC BUENTELLO
PRESIDENTE DEL PVEM EN EL ESTADO DE MÉXICO
@PEPECOUTTOLENC