Este día, unas 50 personas, presuntamente del Barrio Transportistas, bloquean el Circuito Exterior Mexiquense, justo en la entrada y salida del municipio de Chimalhuacán, su exigencia es por la supuesta falta de agua.
Sin embargo, las autoridades locales, que preside la alcaldesa Xochitl Flores Jiménez, asegura que el problema que se tenía en un pozo de agua, ya fue resuelto y sólo es cuestión de horas para que la red quede totalmente restablecida.
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Por lo pronto, los manifestantes, de quién se presume son militantes de la organización Antorcha Campesina, mantienen el bloqueo afectando a cientos de automovilistas que pretendían circular por esta autopista que conecta los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y su entronque con la carretera México-Texcoco, México-Puebla y Periférico Oriente.
Problemas con el agua no es nada nuevo
Chimalhuacán enfrenta diversos problemas relacionados con el agua que afectan la calidad de vida de sus habitantes, uno de los principales desafíos es el acceso irregular al agua potable, muchas colonias del municipio no cuentan con un suministro constante, por lo que las familias deben almacenar agua en tinacos, cisternas o comprar pipas, lo que representa un gasto adicional y limita el acceso equitativo al recurso.
Otro problema importante es la contaminación del agua, debido al crecimiento urbano desordenado, la falta de infraestructura adecuada y el mal manejo de residuos sólidos y líquidos, cuerpos de agua como canales y presas cercanas presentan altos niveles de contaminación, esta situación pone en riesgo la salud de la población, especialmente en zonas donde se utilizan pozos de agua que podrían estar contaminados con metales pesados o bacterias.
Falta infraestructura
La infraestructura hídrica obsoleta o insuficiente es otro reto crítico, muchas de las redes de distribución de agua están en malas condiciones, provocando fugas constantes que generan desperdicio del recurso y afectan la presión del servicio, además, algunas zonas carecen de drenaje adecuado, lo que causa inundaciones durante la temporada de lluvias y complica el saneamiento básico.
Asimismo, la sobreexplotación de los mantos acuíferos ha disminuido la disponibilidad de agua subterránea, esto se agrava por el crecimiento poblacional y urbano, que aumenta la demanda de agua sin una planificación adecuada, como consecuencia, los niveles freáticos bajan y la calidad del agua se deteriora.
Finalmente, la falta de una gestión integral del recurso hídrico y la escasa participación ciudadana en la toma de decisiones agravan estos problemas, aunque se han implementado algunos programas gubernamentales, muchas veces no son suficientes o carecen de continuidad.