Hace tres semanas una tromba detonó grietas e hundimiento en la comunidad El Mamey en Tejupilco, al sur del Estado de México, obligando al éxodo de casi 500 personas, quienes ya no podrán regresar a lo que fue a su hogar, incluso, ni para sacar sus pertenencias o cultivos.
Desde esta semana quedó cerrado completamente y sólo podrán ingresar los especialistas que llevarán a cabo los estudios y que determinarán si la zona quedará cerrada definitivamente.
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500 personas perdieron sus hogares y sus pertenencias
Tras una tromba, 96 familias de El Mamey, tuvieron que desalojar el poblado y cerrarlo al paso, porque la tierra se agrieta y hunde. La gente se mudó a pueblos aledaños con familiares o casas prestadas pero ubicaron un predio que podría servirles para edificar de nuevo su comunidad.
El 11 de septiembre por la noche se registró una lluvia muy fuerte que duró unas cuatro horas, casi al final la gente escuchó estruendos, notaron deslizamientos de tierra y grietas, por lo que dieron avisó a las autoridades municipales y estatales.
Un geólogo que revisó la zona y Protección Civil, contaron más de cien grietas en infraestructura y cerros en los que se asienta el pueblo y el hundimiento del suelo; determinaron que el sitio no es habitable ante el riesgo de un derrumbe que sepulte todo.
El éxodo de 490 personas ocurrió días después en cuestión de horas, entre las que está María Ofelia, su esposo, hijos y nietos. Desde El Saúz de San Lucas mientras espera la hora de la comida junto a unos 60 vecinos, contó que la situación es triste.
"Es una tristeza porque uno de tanto tiempo, no nos pasaba eso, estábamos en la casa feliz con nuestras cositas y ya después que pasó esto, todos una lloradera porque pues no podíamos, de un rato a otro nos volvimos a salir".
En El Mamey de San Lucas, Oliverio Pérez Gregorio, que se fue para Melchores, acude a vigilar su cultivo de maíz; él compartió que es triste la situación y pidió que les permitan sacar sus cosechas que servirán para autoconsumo y no cerrar la carretera.
"Ha sido triste para nosotros, pues sí, yo digo pues no podemos hacer nada más, y como usted me comenta, yo lo que le digo, que no se cierre este cachito... que no lo cierren pues, porque si no ¿para dónde vamos a salir? Yo les pido de favor, ya sin más adelante, ya lo quieren cerrar, pero que nos dejen chance ahorita".
En la comunidad no quedan más que unas gallinas con pollitos y unos cuantos perros que hacen la vigilancia de las que fueron sus viviendas y buscan comida entre las calles.
La carretera a El Mamey quedó cerrada
El delegado José Juan Nolayo Vargas, comentó que en breve se harán más estudios, pero un primer diagnóstico determinó que la zona solo podría servir para cultivo, pues parece una gelatina, pero si se determina que hay riesgo, perderían la cosecha que hay.
"Según la geología de El Mamey es una piedra inclinada, así un círculo, está la tierra arriba de la roca, se mete agua entre la piedra y la roca y la tierra y por consiguiente se desliza, esa es la situación de que nos está perjudicando... se filtra el agua de la montaña entre la piedra y la tierra y se desliza".
Por el riesgo de un deslizamiento, la carretera que llega a El Mamey, quedó cerrada y nadie entra o pasa; gente del Sol de San Lucas, Fundadora de San Lucas, El Limón, Cuevillas, Melchores, Platanar y Agua Negra, deben dar la vuelta a Tejupilco o Luvianos para salir.
Al ver que el gobierno no tiene un plan de reubicación y que mandó una despensa por familia, vieron un predio de uso común de tres hectáreas en San Lucas del Maíz para establecerse. Solo faltaría una asamblea con el comisariado y bienes comunales para votar la donación.
"Tendríamos el documento que nos avale que nos están donando ese terreno para seguir el proceso porque lleva un proceso, no sé qué tiempo lleve una reubicación de 96 familias, es una inversión fuerte y no sé cuánto tiempo podamos estar viviendo en hogares que no son nuestros".
El coordinador de Saúz de San Lucas, Rogelio Pérez Flores, dijo que los migrantes han donado no solo efectivo para atender la emergencia, sino que han prestado sus casas para que se acomoden las familias desalojadas.
En esta comunidad además se coordinan para dar de desayunar y comer a los más de 60 pobladores de El Mamey; aquí llegan ropa, comida y enseres, por lo que pidió estufas y tanques de gas para que los pobladores hagan sus alimentos.